sábado, 29 de agosto de 2009

Ni un peso mas.......

Ni un peso más II

Denise Maerker

24 de agosto de 2009

Una de las formas más fáciles de descalificar una propuesta es mostrándola como totalmente inviable. Cuando Gerardo Priego, el saliente diputado panista regresó el dinero que le sobró de sus viajes, el enojo de sus compañeros fue evidente. ¿Pero qué decir contra un gesto que denota simplemente honestidad? El también diputado saliente Rodríguez Prats, furioso por la traición de Priego a la clase política, no encontró nada mejor que pedirle que de una vez devolviera todo, incluso las dietas (salario) que había recibido porque había sido un mal legislador. Prats trató de convertir a Priego en el problema para ocultar lo central: el despilfarro de todos los demás diputados. Y es que Priego, con su gesto, rompió la regla mafiosa del silencio de los privilegiados.

El viernes propuse en este espacio que aprovechando la situación de emergencia por la que pasan las finanzas públicas exigiéramos a toda la clase política una mayor transparencia en el uso de los recursos públicos y un comportamiento más austero. Algunos entendieron erróneamente que la propuesta era dejar de pagar impuestos. El viernes sin embargo claramente escribí: “Pagar impuesto es una obligación irrenunciable”. Si lo leemos de esa manera, ya lo de menos es cómo gastan el dinero los políticos puesto que se está haciendo un llamado a la desobediencia civil.

No pagar impuestos es lo mismo que cerrar cada quien su calle, contratar a sus policías y abdicar en general de cualquier solución común a nuestros problemas colectivos. De eso, la verdad, ya tenemos mucho.

Lo otro es aprovechar una coyuntura. Nos van a querer subir los impuestos para hacer frente a la crisis. Por eso es ahora cuando podemos exigir: Ni un peso más si antes no nos demuestran con hechos que la cultura del agandalle que reina entre políticos y servidores públicos respecto al dinero público se acabó. ¿Quieren más? Entonces rindan cuentas.

Dicen que rechazar el seguro médico, devolver dinero de viajes o usar un coche discreto no sirve de nada, que no es garantía de que se están asignando bien los recursos ni de que se está actuando con transparencia. La verdad, esos gestos sí importan porque son símbolos, formas visibles de decir que el dinero de todos se cuida. ¿Por qué creer que en un gobierno se está gastando en lo que importa y que las cuentas son claras cuando lo que alcanzamos a ver es que se tira el dinero en cosas superfluas? Para pedir más se necesita estar en un a posición de autoridad. Eso falta.

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